lunes, 26 de junio de 2017

El suicidado de la ribera

Santiago González, glosando a Gross y su artículo sobre "sí es país para corruptos" pasa aquí en revista la corrupción del PP y sólo se le ocurre "hacer comparanza" con otros partidos españoles; un clásico en él; pero hoy tiene la pésima idea de comparar con la del socialismo francés y, sobre todo, con el añarado y supuesto suicidado  primer ministro Bérégovoy: no, Bérégovoy no fue un corrupto, como lo describe el bloguero: no siquiera se sabe si se suicidó o lo mataron porque iba a hablar como ocurrió con el ministro belga socialista André Cools, y como apuntan tantos elementos, pero lo que sí se sabe es que no fue un corrupto: nunca fue formalmente imputado por nada, y el préstamo que recibió fue legal y lo estaba devolviendo a la muerte de Pelat.



* "aquel primer ministro, Pierre Bérégovoy, que se suicidó en 1993, disparándose en la cabeza con la pistola que le quitó a su escolta. Era un héroe de la Resistencia y amigo personal de Mitterrand y se sintió acorralado al saberse que había recibido un millón de francos del empresario Pelat para comprarse un apartamento. Hubo un tiempo en que los corruptos sentían como una vergüenza insoportable el conocimiento público de lo suyo".